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Operación Overlord: Defensa alemana
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Operación Overlord: Defensa alemana
En mayo de 1944, los alemanes estimaban que los aliados tenían unas 75 divisiones concentradas en Gran Bretaña. De ese total, 65 divisiones, incluyendo 6 aerotransportadas, eran consideradas aptas para la invasión. Se creía que estaban integradas por 20 o 25 divisiones estadounidenses y 40 a 45 británicas. Estas conclusiones fueron tomadas analizndo los informes de varios agentes de la Abwehr, como Garbo por ejemplo y de los servicios de inteligencia de las diferentes armas.
Desde abril de 1944, los ejercicios de desembarco de las tropas aliadas, llevados a cabo junto con tropas aerotransportadas, se incrementaron en las costas de Inglaterra. A partir de marzo, empezaron a regresar a Inglaterra unidades experimentadas que se encontraban en el Mediterráneo incluyendo las divisiones de infantería 1 y 9 de EEUU, la 51 división británica «Higland», la 1 División Aerotransportada y las 1 y 7 divisiones blindadas, además de una brigada de asalto y de zapadores, americana. La capacidad de transporte disponible para desembarcos en puertos ingleses era suficiente para mover 20 divisiones a la vez a través del Canal.
Además, los alemanes estimaban que otras 45 divisiones, estaban disponibles en EEUU, y podían ser transportadas por mar al sector de combate y desembarcadas en el momento en que hubieran establecido una cabeza de playa. Suponían también que la superioridad aliada en el aire sería de 50 a 1, y en el mar, la Kriegsmarine prácticamente no existía, a no ser por un reducido número de embarcaciones rápidas que estaban condenadas a ser destruidas.
Por tanto, lo que Rundstedt podía oponer a la enorme fuerza invasora, dispuesta a atacar en cualquier parte de la costa francesa, era sólo sistema de defensa estático, consistente en tropas terrestres sin apoyo aéreo.
Orden de batalla
Tres divisiones sostenían la parte crítica de la costa normanda. De Este a Oeste eran la 716, la 352 y la 709 divisiones de infantería, esta última responsable también de la defensa de Cherburgo. Un regimiento de la 243 División de Infantería se encontraba en el sector noroeste de Normandía, y sus otros dos regimientos, así como la 91 División Aerotransportada y el 6 Regimiento de Paracaidistas, estaban estacionados cerca de la península de Cotentin, como defensa para desembarcos aéreos. Debido a su formación y a las muy altas mareas existentes en la zona, la costa oeste de la península no era considerada como punto de peligro, siendo protegida por la 30 Brigada móvil, compuesta principalmente por ciclistas. A petición del mariscal Rundstedt, fue trasladado el 1057 Regimiento de Infantería a Normandía. Esta unidad estaba pobremente equipada y tenía pocas armas pesadas. Las tres divisiones costeras del sector en que se produjo el desembarco sostenían zonas de unos 40 kms de ancho como promedio, con pocos puntos fortificados.
La única reserva inmediata con que podía contar Rommel, como comandante del Grupo de Ejércitos B, era la experimentada 21 división Panzer, en el sector al este del Orne. El grueso de esa división estaba concentrada en Caen, aunque parte de su infantería motorizada había sido trasladada más cerca de la costa, como medida de seguridad.
El clima
Las mareas, el tiempo y el viento eran motivo de preocupación para los alemanes. A lo largo de toda la costa adoptaron por norma alertar a las tropas que guarnecían algún punto en que esos tres elementos parecieran favorecer un desembarco durante las primeras horas del día. El número total de alertas de madrugada que se dieron fue enorme. La tensión a que estaban sometidas las tropas, que construían defensas apresuradamente y se entrenaban sin descanso, era considerable, y quizás incluso excesiva.
Durante los días 4 y 5 de junio la situación del tiempo fue considerado no adecuado para un desembarco en Normandía, opinión compartida por los expertos navales. El Coronel General Dollmann, comandante del 7mo Ejército, quien luego falleció debido a un ataque al corazón durante la batalla de Normandía, ordenó el cese temporal de los «alertas», llamando a sus oficiales superiores a Rennes el día 5, para un ejercicio de mapas.
El día 5, la velocidad del viento en Normandía oriental era algo fuerte en dirección estesudeste y el mar estaba movido. Las embarcaciones alemanas que intentaron hacerse a la mar para sembrar minas se vieron obligadas a regresar, cuando las condiciones del mar empeoraron. La luna estaba casi llena. Por tanto, a pesar de que la marea baja en Normandía oriental debía producirse entre las 5.00 y las 6.00 horas del día 6, los alemanes pensaban que no parecía existir la posibilidad de un ataque inmediato en ese sector de la costa.
Primer indicio de la invasión
Alrededor de las 21:15 horas del 5 de junio, hubo una alerta procedente de los servicios de información que interceptaron un mensaje de la BBC de Londres cuya descodificación hizo pensar que la invasión era inminente. Rundstedt, su jefe de Estado Mayor y el Cuartel General de Rommel fueron informados y se transmitió la noticia al OKW en Berlín. El OKW no respondió los comunicados, desestimando la alerta. Poco después el Grupo de Ejércitos B informó la presencia de paracaidistas en Normandía pasada la medianoche.
Esos paracaidistas fueron apoyados por tropas transportadas en planeadores y poco después informaron desde la costa, que se estaban produciendo tres desembarcos en gran escala, dos en la península de Cotentin, al noroeste y oeste de Corentan, y el tercero al este del Orne. El Grupo de Ejércitos B informó al Cuartel General de Rundstedt que se estaban tomando las medidas necesarias, y que se luchaba fuertemente. Aunque el Grupo de Ejércitos B no lo sabía en aquellos momentos, el confiado comandante de la 91 División Paracaidista, que regresaba a Rennes, penetró en una de esas zonas de desembarco aéreo y fue muerto. Durante el transcurso de la noche los alemanes pudieron identificar a las tropas enemigas, que eran las divisiones aerotransportadas americanas 82 y 101, y la 6 británica.
Primera reacción de Rundstedt
En esos momentos, los alemanes no sabían si los Aliados intentaban atacar en otros sectores, pero sabían que los paracaidistas habían de ser apoyados por fuerzas navales, pues de lo contrario, serían inevitablemente aniquilados. En el Cuartel General de Rundstedt esperaban esos desembarcos a primera hora del día. Por las zonas en que se produjeron las invasiones aéreas, el asalto naval seguramente se produciría entre el Orne y St. Vaast la Hogue.
Los alemanes no podían saber si aquélla era la operación principal o sólo el preliminar de otro desembarco a lo largo de la costa. Sin embargo, Rundstedt opinaba que si los aliados lograban establecer una firme cabeza de playa, harían de ella su punto de máximo esfuerzo. Era, por tanto, necesario que sus tropas de invasión fueran derrotadas en esos lugares y rápidamente.
En el Oeste había dos divisiones Panzer que técnicamente estaban bajo el mando del OKW, y no de Rundstedt, la 12 División Panzer SS-Hitlerjugend, en Francia occidental, y la poderosa División Panzer Lehr, estacionada al sudoeste de París, oficialmente llamadas Reserva del O.K.W. Sin esperar la aprobación del O.K.W., Rundstedt puso esas dos divisiones a las órdenes del Grupo de Ejércitos B, mandando se dirigieran hacia Caen. Rundstedt ordenó al llamado Grupo Panzer del Oeste del General Geyr von Schweppenburg, detener a los tanques enemigos tan pronto como hubieran desembarcado.
Ese plan, que consistía en asestar un fuerte golpe con todas las fuerzas Panzer, jamás se llevó a cabo, pues las unidades se retrasaron en el camino, especialmente debido a los bombardeos, y cuando por fin llegaron al campo de batalla, entraron en acción aisladamente.
Día 6-6-1944, 06:00 horas
Rundstedt recibió dos importantes mensajes. El primero decía que bajo gran protección artillera y aérea, grandes fuerzas aliadas intentaban desembarcar entre las desembocaduras de los ríos Orne y Vire, y también al norte, en la península de Cotentin. El segundo mensaje, era del O.K.W., Cuartel General de las Fuerzas Armadas en Berlín. Rundstedt era amonestado violentamente por las órdenes dadas a las Reservas del OKW, que no debían haber sido movidas sin el previo consentimiento de Hitler. El mensaje decía que no podía asegurarse cuál era el lugar en que se producirá la invasión principal, y además, que nada se había decidido al respecto. A pesar de la insistencia de Rundstedt de que los aliados estaban desembarcando, el O.K.W. insistió que no. Por tanto, las dos divisiones Panzer fueron detenidas. Pese a que Hitler había intuido cvorrectamente que una invasión aliada podría efectuarse en los alrededores de Normandía, el Paso de Calais fue tomado como prioritario por la distancia que lo separa de Inglaterra, los indicios de movimientos de fuerzas británicas —aunque falsas— en el sector frente a Calais y los informes de la agente Lily, buena colaboradora de la inteligencia británica con el nombre Treasure.
Durante toda la mañana y parte de la tarde, desde el Cuartel General de Rundstedt llamaban insistentemente al OKW para averiguar cuál era la decisión de Hitler acerca de esas dos divisiones. Sólo después de su acostumbrada conferencia, entre las 3 y 4 PM, decidió Hitler autorizar la entrada en acción de las divisiones.
Demasiado tarde. Durante la mañana, y hasta las 11,00 horas, Normandía estuvo cubierta por intensa niebla, que hubiera ofrecido a las divisiones cierta protección contra los ataques aéreos, permitiendo su rápido movimiento. La niebla desapareció a mediodía y desde ese momento todo el sector que las divisiones debían recorrer era intensamente patrullado por la aviación aliada. En vista de ello, ningún movimiento por carretera era posible de día, entre París y Normandía.
Pasado el mediodía del 6 de junio se vio claramente que el enemigo, haciendo pleno uso de su superioridad técnica, había logrado llevar a cabo pequeños desembarcos, con la marea baja, a causa de los obstáculos submarinos, al norte de Caen, en el sector de Bayeux y, al parecer también, en las cercanías del estuario del río Vire. Más al norte, en el sector de Ste. Mere Eglise, se llevaban a cabo otros asaltos, que no habían logrado aún asentarse firmemente en la costa.
La lucha contra las tropas aerotransportadas que aterrizaron en la península de Cotentin parecía proseguir favorablemente para los alemanes; los elementos de la 82 División Aerotransportada de EEUU eran atacados por las reservas, encontrándose en peligro de ser aniquiladas. El gran número de bajas sufrido por ambos lados demostraba la violencia de la lucha. Más tarde se supo, que los fuertes vientos llevaron parte de la 82 División Aerotransportada más al interior de lo previsto, separándola del grueso de su unidad, que tomó tierra más cerca de la costa oriental.
La Sexta División Aerotransportada británica, al este del Orne, estaba relativamente quieta. La 21 División Panzer, que constituía la reserva móvil de Rommel, debió haber atacado allí inmediatamente, pero prefirió esperar hasta recibir órdenes. Cuando, por fin, la división recibió órdenes de entrar en acción, el 7 Ejército prefirió utilizarla para limpiar la cabeza de playa al norte de Caen y aliviar los puntos fuertes cercados en ese sector, en lugar de atacar a los británicos. La división Panzer debió cruzar el Orne, operación que le llevó algún tiempo. A últimas horas de la tarde, atacó la cabeza de playa, llegando sus vanguardias a la costa, aliviando varios los puntos fuertes alemanes. Pero en aquellos momentos nuevas fuerzas aerotransportadas británicas tomaron tierra inmediatamente detrás de la división Panzer, que se replegó.
El resultado neto de los combates del día fue que el enemigo estableció cabezas de playa, que serían rápida y continuamente reforzadas. En realidad, logró romper las defensas costeras. Una gran flota se presentó en Normandía de las que salieron innumerables barcazas de desembarco repletas de hombres y equipo que desembarcaron sin problemas. Los alemanes estaban clavados en el terreno debido a las granadas de los cañones navales y bombas de la aviación, casi sin poder observar lo que ante ellos estaba pasando.
La batalla contra las dos divisiones aerotransportadas americanas estaba indecisa. Luchaban avalando hacia la retaguardia de las fuerzas costeras alemanas al norte del Vire. Si lograban abrirse paso hasta la playa, el asalto sería también ahí coronado por el éxito, pudiendo entonces recibir refuerzos del mar.
La invasión asegurada
Para entonces, el O.K.W. ordenaba, en forma apremiante pero imprecisa, que los ejércitos invasores fueran arrojados al mar. La artillería naval enemiga producía un devastador efecto con un alcance muy superior al calculado por los alemanes. La supremacía aérea aliada imposibilitaba todo movimiento en gran escala en el día, con lo que al poco tiempo todas las rutas de suministros hacia Normandía colapsaron. Las fuerzas alemanas que combatían no podían recibir pertrechos ni refuerzos. Los fuertes y continuos ataques aéreos contra los puentes del bajo Sena y las rutas ferroviarias alrededor de París, hicieron imposible llevar suministros cruzando la capital, y más difícil aún por el Sena.
Durante los siguientes días, los aliados lograron ensanchar sus cabezas de puente. Las unidades que se encontraban entre el Orne y el Vire se encontraron, ocupando toda la zona. En el sector de Carentan, y al noroeste del mismo, los estadounidenses también progresaban. Los contraataques Panzer constantemente ordenados por el OKW, con creciente urgencia, fracasaron debido a estar prácticamente inmovilizados o enfrascados en resolver las crisis logísticas.
Para el día 10 de junio, los desembarcos aliados en gran escala estaban en marcha. La única posibilidad alemana era intentar aislarlos en Normandía, evitando que irrumpieran hacia el interior de Francia desde donde podrían operar en grandes zonas. Pero esa era una posibilidad que no podía tener éxito debido a la impotencia de la casi inexistente Luftwaffe y la carencia total de fuerzas navales.
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