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Operación Biting (27-02-1942)
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Operación Biting (27-02-1942)
Con la derrota de Francia, el Canal Inglés se convirtió en la tierra de nadie de la Segunda Guerra Mundial. Como en el bombardeado terreno zanjado por trincheras de 1914-1918, las patrullas que se arrastraban en el barro no sólo se sentían al alcance de los fusiles del enemigo, sino también por embarcaciones o aeronaves y como entonces, técnicos de radio en ambos lados aprestaban sus receptores para grabar cualquier tipo de transmisión que el enemigo pudiera hacer, mientras que otros se pusieron a descodificarlos, para que después los oficiales de Estado Mayor trataran de encajar la información, así obtenida, en un cuadro coherente sobre las actividades del enemigo o en los propios planes de batalla.
Un nuevo componente de esta guerra electrónica fue el de las unidades de inteligencia de señales que se especializaron en el radar. Los alemanes habían comenzado esa actividad antes de la Batalla de Gran Bretaña y rápidamente habían identificado los radares británicos de alerta temprana CH y CHL/CD. Pero en el Alto Mando inglés, se quedaron por algunos meses más con la creencia, incuestionable en los niveles superiores, que los alemanes no tenían radar. Era una creencia no compartida por TRE (Telecommunications Research Establishment), donde el radar había perdido su mística, pero no en la Marina Real, ni por el científico Reginald Victor Jones, para quienes los resultados combinados del Informe de Oslo, el interrogatorio de prisioneros y una serie de otras evidencias de la inteligencia, señalaban decididamente hacia la existencia el radar alemán. Tanto la Real Escuela de Señales como también TRE habían observado, a finales de 1940, emisiones del radar naval Seetakt (desarrollado en 1930). Las mismas técnicas que habían sido observadas en las señales de Freya, pero que las confundieron con las emisiones de los equipos británicos en frecuencias similares, por eso su identificación positiva, como señal de radar, no se realizó sino hasta febrero de 1941.
La prueba concluyente para Jones, fue el análisis de una fotografía, con mucha suerte por cierto, porque hacia finales de 1940 la Real Fuerza Aérea estableció la Unidad de Reconocimiento Fotográfico al mando del Comandante Geoffrey W Tuttle. Este grupo de pilotos que volaban sin armas en los estilizados Spitfire se infiltraban entrando y saliendo de áreas fuertemente custodiadas para tomar fotos, que luego entregaban a los analistas especializados. Esta capacidad de análisis surgió al comienzo de la guerra gracias a los esfuerzos personales de F Sidney Cotton, rico magnate australiano, piloto con experiencia en la guerra de 1914, y experto en fotografía. En enero de 1939, con su propio dinero comenzó a hacer su vuelos de foto reconocimiento de instalaciones militares alemanas, de forma independiente a la organización militar.
Sus incómodos métodos, siendo el peor el hacer un trabajo mucho mejor que los que hacían las antiguas unidades de la RAF, volvían locos a casi todos en la Fuerza Aérea, excepto a Dowding, cuyos acuciosos conocimientos técnicos le convencieron para prestarle a Cotton dos de sus valiosos cazas, en un momento en que el Comando los necesitaba desesperadamente para el combate.
Una vez que se determinó que las identificadas emisiones Freya correspondían a las señales de un radar, Jones rápidamente consiguió obtener una vista cercana de una de las estaciones, lo que finalmente, el 24 de febrero de 1941, convenció a los niveles superiores del mando británico. El éxito de la inteligencia electrónica mediante el uso de estaciones terrestres, naturalmente llevó a equipar aviones con receptores adecuados, y así un vuelo de aviones Wellington del 109 Escuadrón dotado con receptores especiales (lo que dio nacimiento al nombre de "Ferret" para este tipo misiones) comenzó la búsqueda de emisiones en un amplio espectro de radio. En octubre, la inteligencia electrónica había localizado 27 estaciones de radares Freya. El 7 de mayo descubrieron la existencia del Würzburg, que observaron como la transmisión de impulsos 50 cm en nueve localidades, a pesar que no lograron ver las antenas en las fotografías, que sugirieran su presencia como ocurrió con los primeros indicios de Freya. La información obtenida por los ferrets indicaban que el Würzburg tenían un haz mucho más estrecho que el Freya y Jones sospechó que se trata de un equipamiento superior que ya estaba completamente desarrollado.
Posiblemente esa era la causa de la inquietante velocidad con que los reflectores antiaéreos estaban siendo dirigidos hacia los bombarderos. Las características de Freya eran bastante fáciles de deducir por el análisis de las emisiones, pero este nuevo equipo era sorprendentemente diferente, y Jones quería saber más detalles, la necesidad pues de una imagen era obvia.
A finales de 1941 un estudio cuidadoso de las fotos de una estación Freya reveló un objeto cercano, al parecer asociado a esa estación, que era muy pequeño, pero que llamó la atención de Jones quien insistió para que se obtuviera un primer plano. Para lograr el éxito, se requirieron dos vuelos consecutivos, y fue el segundo el que dio la imagen que Jones quería. Esta primera vista de un Würzburg reveló dos elementos interesantes: el aparato era realmente pequeño de forma parabólica y estaba instalado cerca a la playa. Contrastaba con la mayoría de los radares costeros de la época que usaban grandes estructuras como reflectores planos de un arreglo de dipolos múltiples. Para Jones la pregunta inmediata era: ¿Podrían ser capturados algunos componentes principales de ese radar mediante una incursión de comandos?
Una consulta con Wilfrid Bennett Lewis, por entonces Superintendente Adjunto de TRE, reforzó su opinión sobre la necesidad de conocer más detalles sobre el Würzburg. Además un ataque bien montado estaba de acuerdo con la directiva de Churchill de realizar repetidos ataques de comandos, como fuera posible, a las defensas costeras en territorio francés ocupado por Alemania, por lo que la idea le fue presentada a Lord Louis Mountbatten, jefe de Operaciones Combinadas, que estuvo de acuerdo con la operación con mucho entusiasmo e inmediatamente solicitó la autorización del Comité de Estados Mayores que sin dudarlo ordenaron la preparación de la Operación Biting. Un asalto anfibio resultaba demasiado riesgoso por lo escarpado del risco y a eso sumada la distancia que deberían recorrer significaba demasiado tiempo para lograr una completa sorpresa. Lord Mountbatten optó por un ataque aerotransportado y un regreso por mar. El 8 de enero de 1942, Mountbatten se puso en contacto con el Mayor General Frederick Browning de la 1ra División Aerotransportada y Capitán de Grupo Nigel Rroman del Ala 38 de la RAF. Una compañía de paracaidistas se sometió a un riguroso entrenamiento para un salto nocturno en paracaídas en el pueblo de Saint-Jouin-Bruneval, a menos de 20 km al norte de Le Havre, Francia, donde se encontraba la estación de radar sobre la altiplanicie de un risco, y de manera simultánea, también comenzaron el entrenamiento las tripulaciones de las lanchas de desembarco que rescatarían a los comandos y al equipo capturado.
La fecha de la incursión fue aplazada por varios días después del final del ejercicio el 23 de febrero, ello ocurrió debido a las malas condiciones meteorológicas, pero el 27 de febrero, el clima resultó ser ideal, con cielo despejado y buena visibilidad para los aviones del 51 Escuadrón, y favorecidos con luna llena que proporcionaba la iluminación adecuada para la evacuación de la fuerza de ataque. La fuerza naval al mando del comandante Cook partió de Gran Bretaña durante la tarde, y el avión Armstrong Whitworth Whitley, transporte de la Compañía C, despegó a tiempo proporcionado por la RAF de Thruxton esa noche.
El asalto al mando del Mayor Johnnie Frost tuvo lugar en la noche del 27-28 de febrero de 1942 y fue un éxito rotundo, pues la disposición de la guarnición era conocida por los atacantes a partir de fotografías aéreas y los informes de los agentes de la resistencia francesa y porque los alemanes fueron tomados completamente por sorpresa.
El avión de transporte cruzó el Canal Inglés sin novedad, pero al llegar a la costa francesa, fue objeto de un intenso fuego antiaéreo, aunque sin mayores consecuencias, sin embargo, una vez llegado al lugar del salto, se realizó sin novedad y la Compañía C tomó tierra sin mayores inconvenientes cerca al objetivo. El aterrizaje fue casi un éxito, con toda la fuerza de ataque en el borde de la zona de salto, con la excepción de la mitad del destacamento "Nelson", que aterrizó a dos millas de distancia. Una vez que los otros destacamentos reunieron su equipo y se orientaron en el terreno, se pusieron en marcha hacia el objetivo. Los destacamentos "Jellicoe", "Hardy" y "Drake" no encontraron oposición alemana mientras avanzaban hacia la villa donde se encontraba la instalación de radar, y después que rodearon la villa principal el Mayor Frost dio la orden de abrir fuego con granadas y armas automáticas. Un guardia alemán fue muerto cuando respondía el fuego desde una ventana del piso superior de la casa, y dos más fueron hechos prisioneros por las tropas aerotransportadas. En el interrogatorio, los detenidos revelaron que la mayoría de la guarnición estaban estacionados en el interior. Sin embargo, todavía quedaba una fuerza enemiga sustancial en los edificios del recinto pequeño cerca de la villa, y ellos abrieron fuego contra la fuerza de ataque, tras ser alertada por el fuego inicial, matando a uno de los soldados británicos. El volumen de fuego rápido comenzó a aumentar, al tiempo que vehículos enemigos se acercaban a la villa desde los bosques cercanos, lo que, causó preocupación en Frost, pues la radio no funcionó privándolo de las esenciales comunicaciones, entre ellos y "Nelson", que tenía a su cargo la limpieza de la playa de evacuación.
Afortunadamente, el sargento de vuelo Cox y un grupo de zapadores llegaron en ese momento y procedieron a desmantelar el equipo de radar. El Würzburg completo era demasiado grande para ser capturado, pero los módulos del transmisor y el receptor se retiraron fácilmente y la antena dipolo fue aserrada con facilidad del conjunto que formaba la antena. Un hombre experto en radar hizo bocetos del sistema y tomó un par de fotografías. Cargaron el equipo capturado en un carro traído para tal efecto y llevaron como prisionero a un operador de Würzburg capturado durante la operación.
Habiendo asegurado el equipo de radar y bajo intenso fuego enemigo, el mayor Frost dio la orden a los tres destacamentos de retirarse hacia la playa de evacuación, sin embargo, la playa no había sido asegurada por el destacamento 'Nelson', cuando una ametralladora abrió fuego contra las tropas aerotransportadas, hiriendo gravemente a un sargento mayor de la compañía. El Mayor Frost ordenó a "Rodney" y los restos de 'Nelson' eliminar el nido de ametralladora, mientras que él llevó a los otros tres destacamentos de nuevo a la villa, que había sido ocupada de nuevo por las tropas enemigas. La villa fue pronto liberada de las tropas enemigas y cuando el Mayor Frost volvió a la playa, se encontró que el nido de ametralladora había sido asaltado por el destacamento "Nelson". En ese momento, eran las 02:15, pero no había señal de la fuerza naval que debía evacuar a las tropas aerotransportadas. Frost ordenó a "Nelson" proteger las vías de acceso a la playa y luego disparó una bengala. Poco después la fuerza naval hizo su aparición. El plan original de la operación había requerido de dos botes de desembarco en la playa, pero esto nunca pudo ser ejecutado satisfactoriamente durante las maniobras de entrenamiento, en cambio, los seis botes de desembarco llegaron todos al mismo tiempo. Eso fue un cambio afortunado porque abrieron fuego inmediatamente contra las tropas alemanas que ya se acercaban por el acantilado. Esta desviación del plan original, y el fuego enemigo, causaron confusión en la playa, con algunas de los botes de desembarco a la izquierda de la playa, mientras que el otro lado quedó medio vacío. Sin embargo, el equipo de radar y los prisioneros alemanes fueron evacuados de forma segura, y la fuerza de ataque toda logró ser evacuada y pronto se trasladaron a las lanchas a motor para el transporte a la costa británica. En el viaje de regreso, Frost supo que la fuerza naval no había recibido ninguna señal, aparte de la señal de la bengala, y habían pasado la mayor parte del tiempo escondiéndose de una patrulla naval alemana que casi los había descubierto. El viaje de vuelta a Gran Bretaña fue sin incidentes, con la fuerza escoltada por cuatro destructores y un vuelo de cazas Supermarine Spitfire. La pérdida de vidas en ambos bandos ascendió a dos británicos y cinco alemanes.
Como resultado del análisis del material capturado, los británicos obtuvieron cuatro importantes piezas de información. Primero y lo principal, fue establecer la frecuencia de operación del radar Würzburg que resultó ser fija, con una banda de operación muy estrecha, pero que podía ser afinada. En segundo lugar, no tenía circuitos diseñados para hacer frente a contramedidas electrónicas, por ejemplo cambiando de frecuencia o longitud de pulso. En tercer lugar, era un equipo muy bien concebido, con diseño modular que hizo el aislamiento de fallas y su reparación extremadamente fácil. En cuarto lugar, el operador tomado prisionero, fue muy cooperativo, pese a que tenía muy escasos conocimientos técnicos sobre el sistema.
Hubo otros beneficios e inconvenientes obtenidos de la incursión. Las estaciones de radar alemanes se convirtieron en muy atrincheradas, haciéndolos fáciles de detectar desde el aire, pero también fueron más difíciles de tomar por asalto. Pero para los británicos, la incursión fue un éxito, por su sorpresa y por el estricto secreto, dando lugar a que en la Wehrmacht se tejieran todo tipo de especulaciones.
Si el ataque convenció a los alemanes a reforzar sus estaciones de radar, también hizo que los británicos sintieran temor por la ubicación expuesta que habían seleccionado para TRE en Swanage. El traslado a ese lugar, en el verano de 1940, de los predios sin duda inadecuados en Dundee hasta Swanage, que era un lugar muy vulnerable después de la caída de Francia. El temor de un ataque aéreo alemán había causado la mudanza inmediata de Bawdsey a Dundee, pero Swanage era también un lugar peligroso, sin embargo el laboratorio creció durante la semana en que la invasión a Inglaterra era más un peligro latente. Después de la incursión a Bruneval, los altos mandos empezaron a preocuparse acerca de una posible represalia, y el saber que una compañía de paracaidistas alemanes se había estacionado cerca de Cherburgo, hizo que mucha gente se sintiera muy incómoda.
El Superintendente Albert Percival Rowe, quien estaba muy alarmado por la posición en Bawdsey, se sintió más aliviado en Swanage. El laboratorio se había expandido y contaba con 1000 trabajadores. El método utilizado para conseguir su cooperación civil fue el de proporcionar rumores sobre la actividad alemana. La recién llegada dependencia creció rápidamente y la zona alrededor del laboratorio fue fortificada. Posteriormente, por alguna razón, probablemente por insistencia de Churchill según Rowe, encuentran un nuevo sitio en los edificios de un colegio superior en Malvern con vistas al valle del Severn, en Worcestershire. Con el énfasis en las microondas no necesitaban mucho más espacio en un lugar cerca del mar. La ciudad balneario de 15000 habitantes tuvo que recibir a los 1000 empleados antes de aumentar a 3000, más sus familias.
Así, la última mudanza y final de TRE se inició el 25 de mayo 1942. Sin embargo TRE, no fue el nombre definitivo. Aunque sigue estando hoy en Malvern, sufrió cinco cambios de nombre más, siendo el último el de Agencia de Investigación de Defensa.
Un nuevo componente de esta guerra electrónica fue el de las unidades de inteligencia de señales que se especializaron en el radar. Los alemanes habían comenzado esa actividad antes de la Batalla de Gran Bretaña y rápidamente habían identificado los radares británicos de alerta temprana CH y CHL/CD. Pero en el Alto Mando inglés, se quedaron por algunos meses más con la creencia, incuestionable en los niveles superiores, que los alemanes no tenían radar. Era una creencia no compartida por TRE (Telecommunications Research Establishment), donde el radar había perdido su mística, pero no en la Marina Real, ni por el científico Reginald Victor Jones, para quienes los resultados combinados del Informe de Oslo, el interrogatorio de prisioneros y una serie de otras evidencias de la inteligencia, señalaban decididamente hacia la existencia el radar alemán. Tanto la Real Escuela de Señales como también TRE habían observado, a finales de 1940, emisiones del radar naval Seetakt (desarrollado en 1930). Las mismas técnicas que habían sido observadas en las señales de Freya, pero que las confundieron con las emisiones de los equipos británicos en frecuencias similares, por eso su identificación positiva, como señal de radar, no se realizó sino hasta febrero de 1941.
La prueba concluyente para Jones, fue el análisis de una fotografía, con mucha suerte por cierto, porque hacia finales de 1940 la Real Fuerza Aérea estableció la Unidad de Reconocimiento Fotográfico al mando del Comandante Geoffrey W Tuttle. Este grupo de pilotos que volaban sin armas en los estilizados Spitfire se infiltraban entrando y saliendo de áreas fuertemente custodiadas para tomar fotos, que luego entregaban a los analistas especializados. Esta capacidad de análisis surgió al comienzo de la guerra gracias a los esfuerzos personales de F Sidney Cotton, rico magnate australiano, piloto con experiencia en la guerra de 1914, y experto en fotografía. En enero de 1939, con su propio dinero comenzó a hacer su vuelos de foto reconocimiento de instalaciones militares alemanas, de forma independiente a la organización militar.
Sus incómodos métodos, siendo el peor el hacer un trabajo mucho mejor que los que hacían las antiguas unidades de la RAF, volvían locos a casi todos en la Fuerza Aérea, excepto a Dowding, cuyos acuciosos conocimientos técnicos le convencieron para prestarle a Cotton dos de sus valiosos cazas, en un momento en que el Comando los necesitaba desesperadamente para el combate.
Una vez que se determinó que las identificadas emisiones Freya correspondían a las señales de un radar, Jones rápidamente consiguió obtener una vista cercana de una de las estaciones, lo que finalmente, el 24 de febrero de 1941, convenció a los niveles superiores del mando británico. El éxito de la inteligencia electrónica mediante el uso de estaciones terrestres, naturalmente llevó a equipar aviones con receptores adecuados, y así un vuelo de aviones Wellington del 109 Escuadrón dotado con receptores especiales (lo que dio nacimiento al nombre de "Ferret" para este tipo misiones) comenzó la búsqueda de emisiones en un amplio espectro de radio. En octubre, la inteligencia electrónica había localizado 27 estaciones de radares Freya. El 7 de mayo descubrieron la existencia del Würzburg, que observaron como la transmisión de impulsos 50 cm en nueve localidades, a pesar que no lograron ver las antenas en las fotografías, que sugirieran su presencia como ocurrió con los primeros indicios de Freya. La información obtenida por los ferrets indicaban que el Würzburg tenían un haz mucho más estrecho que el Freya y Jones sospechó que se trata de un equipamiento superior que ya estaba completamente desarrollado.
Posiblemente esa era la causa de la inquietante velocidad con que los reflectores antiaéreos estaban siendo dirigidos hacia los bombarderos. Las características de Freya eran bastante fáciles de deducir por el análisis de las emisiones, pero este nuevo equipo era sorprendentemente diferente, y Jones quería saber más detalles, la necesidad pues de una imagen era obvia.
A finales de 1941 un estudio cuidadoso de las fotos de una estación Freya reveló un objeto cercano, al parecer asociado a esa estación, que era muy pequeño, pero que llamó la atención de Jones quien insistió para que se obtuviera un primer plano. Para lograr el éxito, se requirieron dos vuelos consecutivos, y fue el segundo el que dio la imagen que Jones quería. Esta primera vista de un Würzburg reveló dos elementos interesantes: el aparato era realmente pequeño de forma parabólica y estaba instalado cerca a la playa. Contrastaba con la mayoría de los radares costeros de la época que usaban grandes estructuras como reflectores planos de un arreglo de dipolos múltiples. Para Jones la pregunta inmediata era: ¿Podrían ser capturados algunos componentes principales de ese radar mediante una incursión de comandos?
Una consulta con Wilfrid Bennett Lewis, por entonces Superintendente Adjunto de TRE, reforzó su opinión sobre la necesidad de conocer más detalles sobre el Würzburg. Además un ataque bien montado estaba de acuerdo con la directiva de Churchill de realizar repetidos ataques de comandos, como fuera posible, a las defensas costeras en territorio francés ocupado por Alemania, por lo que la idea le fue presentada a Lord Louis Mountbatten, jefe de Operaciones Combinadas, que estuvo de acuerdo con la operación con mucho entusiasmo e inmediatamente solicitó la autorización del Comité de Estados Mayores que sin dudarlo ordenaron la preparación de la Operación Biting. Un asalto anfibio resultaba demasiado riesgoso por lo escarpado del risco y a eso sumada la distancia que deberían recorrer significaba demasiado tiempo para lograr una completa sorpresa. Lord Mountbatten optó por un ataque aerotransportado y un regreso por mar. El 8 de enero de 1942, Mountbatten se puso en contacto con el Mayor General Frederick Browning de la 1ra División Aerotransportada y Capitán de Grupo Nigel Rroman del Ala 38 de la RAF. Una compañía de paracaidistas se sometió a un riguroso entrenamiento para un salto nocturno en paracaídas en el pueblo de Saint-Jouin-Bruneval, a menos de 20 km al norte de Le Havre, Francia, donde se encontraba la estación de radar sobre la altiplanicie de un risco, y de manera simultánea, también comenzaron el entrenamiento las tripulaciones de las lanchas de desembarco que rescatarían a los comandos y al equipo capturado.
La fecha de la incursión fue aplazada por varios días después del final del ejercicio el 23 de febrero, ello ocurrió debido a las malas condiciones meteorológicas, pero el 27 de febrero, el clima resultó ser ideal, con cielo despejado y buena visibilidad para los aviones del 51 Escuadrón, y favorecidos con luna llena que proporcionaba la iluminación adecuada para la evacuación de la fuerza de ataque. La fuerza naval al mando del comandante Cook partió de Gran Bretaña durante la tarde, y el avión Armstrong Whitworth Whitley, transporte de la Compañía C, despegó a tiempo proporcionado por la RAF de Thruxton esa noche.
El asalto al mando del Mayor Johnnie Frost tuvo lugar en la noche del 27-28 de febrero de 1942 y fue un éxito rotundo, pues la disposición de la guarnición era conocida por los atacantes a partir de fotografías aéreas y los informes de los agentes de la resistencia francesa y porque los alemanes fueron tomados completamente por sorpresa.
El avión de transporte cruzó el Canal Inglés sin novedad, pero al llegar a la costa francesa, fue objeto de un intenso fuego antiaéreo, aunque sin mayores consecuencias, sin embargo, una vez llegado al lugar del salto, se realizó sin novedad y la Compañía C tomó tierra sin mayores inconvenientes cerca al objetivo. El aterrizaje fue casi un éxito, con toda la fuerza de ataque en el borde de la zona de salto, con la excepción de la mitad del destacamento "Nelson", que aterrizó a dos millas de distancia. Una vez que los otros destacamentos reunieron su equipo y se orientaron en el terreno, se pusieron en marcha hacia el objetivo. Los destacamentos "Jellicoe", "Hardy" y "Drake" no encontraron oposición alemana mientras avanzaban hacia la villa donde se encontraba la instalación de radar, y después que rodearon la villa principal el Mayor Frost dio la orden de abrir fuego con granadas y armas automáticas. Un guardia alemán fue muerto cuando respondía el fuego desde una ventana del piso superior de la casa, y dos más fueron hechos prisioneros por las tropas aerotransportadas. En el interrogatorio, los detenidos revelaron que la mayoría de la guarnición estaban estacionados en el interior. Sin embargo, todavía quedaba una fuerza enemiga sustancial en los edificios del recinto pequeño cerca de la villa, y ellos abrieron fuego contra la fuerza de ataque, tras ser alertada por el fuego inicial, matando a uno de los soldados británicos. El volumen de fuego rápido comenzó a aumentar, al tiempo que vehículos enemigos se acercaban a la villa desde los bosques cercanos, lo que, causó preocupación en Frost, pues la radio no funcionó privándolo de las esenciales comunicaciones, entre ellos y "Nelson", que tenía a su cargo la limpieza de la playa de evacuación.
Afortunadamente, el sargento de vuelo Cox y un grupo de zapadores llegaron en ese momento y procedieron a desmantelar el equipo de radar. El Würzburg completo era demasiado grande para ser capturado, pero los módulos del transmisor y el receptor se retiraron fácilmente y la antena dipolo fue aserrada con facilidad del conjunto que formaba la antena. Un hombre experto en radar hizo bocetos del sistema y tomó un par de fotografías. Cargaron el equipo capturado en un carro traído para tal efecto y llevaron como prisionero a un operador de Würzburg capturado durante la operación.
Habiendo asegurado el equipo de radar y bajo intenso fuego enemigo, el mayor Frost dio la orden a los tres destacamentos de retirarse hacia la playa de evacuación, sin embargo, la playa no había sido asegurada por el destacamento 'Nelson', cuando una ametralladora abrió fuego contra las tropas aerotransportadas, hiriendo gravemente a un sargento mayor de la compañía. El Mayor Frost ordenó a "Rodney" y los restos de 'Nelson' eliminar el nido de ametralladora, mientras que él llevó a los otros tres destacamentos de nuevo a la villa, que había sido ocupada de nuevo por las tropas enemigas. La villa fue pronto liberada de las tropas enemigas y cuando el Mayor Frost volvió a la playa, se encontró que el nido de ametralladora había sido asaltado por el destacamento "Nelson". En ese momento, eran las 02:15, pero no había señal de la fuerza naval que debía evacuar a las tropas aerotransportadas. Frost ordenó a "Nelson" proteger las vías de acceso a la playa y luego disparó una bengala. Poco después la fuerza naval hizo su aparición. El plan original de la operación había requerido de dos botes de desembarco en la playa, pero esto nunca pudo ser ejecutado satisfactoriamente durante las maniobras de entrenamiento, en cambio, los seis botes de desembarco llegaron todos al mismo tiempo. Eso fue un cambio afortunado porque abrieron fuego inmediatamente contra las tropas alemanas que ya se acercaban por el acantilado. Esta desviación del plan original, y el fuego enemigo, causaron confusión en la playa, con algunas de los botes de desembarco a la izquierda de la playa, mientras que el otro lado quedó medio vacío. Sin embargo, el equipo de radar y los prisioneros alemanes fueron evacuados de forma segura, y la fuerza de ataque toda logró ser evacuada y pronto se trasladaron a las lanchas a motor para el transporte a la costa británica. En el viaje de regreso, Frost supo que la fuerza naval no había recibido ninguna señal, aparte de la señal de la bengala, y habían pasado la mayor parte del tiempo escondiéndose de una patrulla naval alemana que casi los había descubierto. El viaje de vuelta a Gran Bretaña fue sin incidentes, con la fuerza escoltada por cuatro destructores y un vuelo de cazas Supermarine Spitfire. La pérdida de vidas en ambos bandos ascendió a dos británicos y cinco alemanes.
Como resultado del análisis del material capturado, los británicos obtuvieron cuatro importantes piezas de información. Primero y lo principal, fue establecer la frecuencia de operación del radar Würzburg que resultó ser fija, con una banda de operación muy estrecha, pero que podía ser afinada. En segundo lugar, no tenía circuitos diseñados para hacer frente a contramedidas electrónicas, por ejemplo cambiando de frecuencia o longitud de pulso. En tercer lugar, era un equipo muy bien concebido, con diseño modular que hizo el aislamiento de fallas y su reparación extremadamente fácil. En cuarto lugar, el operador tomado prisionero, fue muy cooperativo, pese a que tenía muy escasos conocimientos técnicos sobre el sistema.
Hubo otros beneficios e inconvenientes obtenidos de la incursión. Las estaciones de radar alemanes se convirtieron en muy atrincheradas, haciéndolos fáciles de detectar desde el aire, pero también fueron más difíciles de tomar por asalto. Pero para los británicos, la incursión fue un éxito, por su sorpresa y por el estricto secreto, dando lugar a que en la Wehrmacht se tejieran todo tipo de especulaciones.
Mudanza de TRE a Malvern
Si el ataque convenció a los alemanes a reforzar sus estaciones de radar, también hizo que los británicos sintieran temor por la ubicación expuesta que habían seleccionado para TRE en Swanage. El traslado a ese lugar, en el verano de 1940, de los predios sin duda inadecuados en Dundee hasta Swanage, que era un lugar muy vulnerable después de la caída de Francia. El temor de un ataque aéreo alemán había causado la mudanza inmediata de Bawdsey a Dundee, pero Swanage era también un lugar peligroso, sin embargo el laboratorio creció durante la semana en que la invasión a Inglaterra era más un peligro latente. Después de la incursión a Bruneval, los altos mandos empezaron a preocuparse acerca de una posible represalia, y el saber que una compañía de paracaidistas alemanes se había estacionado cerca de Cherburgo, hizo que mucha gente se sintiera muy incómoda.
El Superintendente Albert Percival Rowe, quien estaba muy alarmado por la posición en Bawdsey, se sintió más aliviado en Swanage. El laboratorio se había expandido y contaba con 1000 trabajadores. El método utilizado para conseguir su cooperación civil fue el de proporcionar rumores sobre la actividad alemana. La recién llegada dependencia creció rápidamente y la zona alrededor del laboratorio fue fortificada. Posteriormente, por alguna razón, probablemente por insistencia de Churchill según Rowe, encuentran un nuevo sitio en los edificios de un colegio superior en Malvern con vistas al valle del Severn, en Worcestershire. Con el énfasis en las microondas no necesitaban mucho más espacio en un lugar cerca del mar. La ciudad balneario de 15000 habitantes tuvo que recibir a los 1000 empleados antes de aumentar a 3000, más sus familias.
Así, la última mudanza y final de TRE se inició el 25 de mayo 1942. Sin embargo TRE, no fue el nombre definitivo. Aunque sigue estando hoy en Malvern, sufrió cinco cambios de nombre más, siendo el último el de Agencia de Investigación de Defensa.
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