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Batalla de Sabiñanigo [22 Septiembre al 8 de Noviembre 1937]
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Batalla de Sabiñanigo [22 Septiembre al 8 de Noviembre 1937]
La Batalla de Sabiñanigo (a veces denominada Ofensiva de Biescas) fue una Batalla de la Guerra Civil Española, que tuvo lugar en el Frente de Aragón durante el otoño de 1937.
LOS ANTECEDENTES
Golpe de estado y fijación del frente (hasta junio del 37)
Al amanecer del 19 de julio de 1936, la única fuerza militar en la Jacetania, el Regimiento de Infantería Galicia nº 19, se dispone a unirse al alzamiento desde su acuartelamiento en las afueras. Son pocos, menos de 400, gran parte del personal se encuentra de permiso estival. Una patrulla de 15 hombres al mando del comandante de la Vega sale desfilando a las 6 de la mañana y se dirige al centro a declarar el estado de guerra. De saber lo que les esperaba hubieran adoptado otro despliegue.
Desde la tarde anterior, a consecuencia de los rumores de alzamiento, las fuerzas de izquierda se movilizan. El jefe de Carabineros, fiel a la República, concentra sus dispersas fuerzas en Jaca y por la noche reparte mas de 60 fusiles entre los civiles de izquierda. Entre los líderes de estos destaca Antonio Beltrán “el Esquinazau”, quien dos años después mandara la 43 División del EPR, “la Heroica” de la bolsa de Bielsa. Estas fuerzas se emboscan en los accesos a Jaca desde la carretera de Pamplona.
Mientras tanto, la patrulla del comandante de la Vega inicia la subida hacia a Jaca por la carretera de Pamplona. Al llegar a la altura de la fábrica de harina, donde hoy esta el monumento a los caídos, es detenida en seco por una descarga cerrada de fusilería. Solo después de cuatro horas y la intervención de refuerzos se imponen los alzados pero con un saldo de 8 muertos y 14 heridos. Los milicianos huyen y el coronel del Regimiento Galicia declara el estado de guerra en toda la comarca.
De inmediato comienzan las consabidas detenciones y fusilamientos. Rápidamente se forma un “batallón” con voluntarios, al que se unen el 28 de julio 200 falangistas de la Rioja. A finales de mes estas fuerzas controlan los valles de Tena y el Aragón; y las vías de comunicación con Pamplona y Huesca, incluido el tren, están abiertas. Queda en manos del bando sublevado el importante complejo industrial de Sabiñanigo, productor de aluminio y explosivos. El 28 de julio llega por primera vez en esta zona la guerra desde el aire al bombardear un solitario Brevet XIX pilotado por el sargento Jaime Buyó las fábricas de Sabiñanigo.
Al fallar el golpe de estado, comienzan los dos bandos la generación de fuerzas para lograr imponerse al adversario, los alzados mediante la movilización de voluntarios y quintas. El regimiento Galicia ira generando batallones de infantería con los reclutas de los distintos reemplazos que se van movilizando: a los I y II que ya existían antes de la guerra se suman el III en noviembre, el VIII se creó en diciembre pero para servir en el frente de Madrid, el IV en febrero del 37 y el V y VI en abril y el VII, creado en julio, se refundió con el V. En cuanto a los voluntarios son 4 unidades tipo compañía las que se activan en la comarca: la 1ª Centuria de Falange en Jaca y la 2ª Centuria en Sabiñanigo en agosto, la Compañía de “Voluntarios del Valle de Tena” en septiembre y la Compañía de Esquiadores que organizada en Zaragoza se instruye en Candanchú en las navidades del 36. Con menos de estas reducidas fuerzas, ya que importantes contingentes del Galicia tienen que ser enviados a defender Huesca o permanecer de reserva en Jaca, mas carabineros y guardias civiles, se conformara el frente nacional en los Pirineos según se va estableciendo el contacto con los milicianos republicanos. Por ser el frente de Aragón secundario para los nacionales, y en particular este pirenaico, tendrá un carácter estático, caracterizado por los espacios abiertos en que operan patrullas y se producen pequeñas escaramuzas y golpes de mano, principalmente para robar cabezas de ganado. Las fuerzas son tan escasas que se limitan a establecer fortificaciones para contener a los republicanos y patrullar las zonas que controlan.
El frente queda definido en noviembre de la siguiente manera: el macizo montañoso al norte de la carretera de Bisecas a Torla queda como tierra de nadie patrullada desde las posiciones avanzadas del balneario y pueblo de Panticosa. El Fuerte de Santa Elena, cuello de botella del valle de Tena, es ocupado por la compañía de “Voluntarios del valle ce Tena”. Biescas y Gavín forman una cabeza de puente y antes de Sabiñanigo esta la posición de Senegüe, luego Sabiñanigo y otra cabeza de puente en Yebra de Basa. Descendiendo el Gállego, dominan los nacionales los pasos del río, y cuando gira al este, las posiciones avanzadas de Ipiés, Lanave, Serué, castillo de Lerés y Layés. Y por ultimo Bentué de Rasal antes de enlazar con las fuerzas de Ayerbe en la Sierra de Gratal.
Pocas de las fuerzas milicianas que se generan en Cataluña llegan a este frente; las tres capitales aragonesas ejercen de imanes para las mismas. Las pocas que llegan desde Boltaña se unen a las de los aragoneses ya presentes, muchos de ellos huidos de Jaca y Sabiñanigo. Al mando de estos últimos, conocidos como Batallón Alto Aragón o Columna Bueno, estaba el comandante retirado de Carabineros Bueno Ferrer. Este batallón, unificado en enero con los catalanes de las Milicias Pirenaicas, bajo el mando de Bueno, formaran la Agrupación Alpina. Estas fuerzas pretendieron alcanzar Biescas en repetidas ocasiones en octubre, pero al chocar con los nacionales en Gavín son incapaces de superarlos. El frente republicano se estabiliza en noviembre cuando el invierno llega a la montaña. Queda definido por las posiciones de Bujaruelo, Yésero, meseta de Santa Orosia (puerto Orosia para ellos); y por la Guarguera, a caballo de la carretera se llega hasta Ordovés enlazando con la posición de Arguis (esta dependiente de la Columna “los Ciervos” del frente de Huesca).
No puede hablarse de frente el estricto sentido de la palabra ya que no se trata de una sucesión de posiciones y trincheras, sino de posiciones fortificadas muy separadas unas de otras que se limitan a patrullar el terreno vacío entre ellas. Téngase en cuenta que el denominado por los republicanos Sector Pirenaico (desde la frontera hasta el puerto de Monrepós) tiene en noviembre alrededor de 1000 milicianos, y la nacional Circunscripción Jaca (desde la frontera a la sierra de Gratal) alrededor de 1700 soldados y voluntarios.
El frente pirenaico en noviembre de 1936
El crudo invierno transcurre sin mas acciones importantes que los bombardeos aéreos de las fábricas de Sabiñanigo. La relativa tranquilidad cambia el 21 de febrero del 37 cuando la Agrupación Alpina asienta una batería de 3 obuses de 105 mm Schneider 1919 en la meseta de Santa Orosia que pueden bombardear Sabiñanigo a placer. Es de suponer que la dificultad de acumular munición a 1.600 m de altitud sobre el nivel del mar usando sendas de montaña es lo que evita la destrucción sistemática del núcleo industrial de Sabiñanigo. Otra batería igual opera en la Guarguera. La llegada a la zona de dos baterías antiaéreas nacionales de 75 y 76,2 mm impone a la aviación republicana los bombardeos nocturnos o a mayor altura y de menor precisión.
Obús de montaña de 105/11mm Schneider mod.1919 con una alcance máximo de 7700 m.
Con la primavera llegan refuerzos a los milicianos alpinos. Dos batallones creados a principios de año: el “Cinco Villas” a la Guarguera, y el “FETE” (Federación Española de Trabajadores de Enseñanza) al macizo de S. Orosia. Los cuatro batallones darán vida el 28 de abril a la 130 Brigada Mixta. Sus batallones son el 517 (Alto Aragón), 518 (Cinco Villas), 519 (FETE) y 520 (Izquierda Republicana).
En la primavera, la Circunscripción nº 1 de Jaca contaba con 4000 hombres y 8 piezas de artillería (piezas obsoletas sacados de os fuertes de la plaza). La reorganización orgánica de abril le convierte en I Brigada de la División de Aragón nº 2, después, en mayo, 51 División. Dispone esta Brigada de los batallones del Galicia nº 19 (excluidas nueve de sus compañías que estaban en Huesca y el VIII en Madrid), dos centurias de Falange, la compañía de esquiadores y la de voluntarios del valle de Tena.
Como se puede apreciar las fuerzas están equilibradas de tal modo que ninguna puede imponerse a la otra. Todos los intentos republicanos de conquistar Biescas se saldan en fracasos, y los nacionales son incapaces de ganar la iniciativa. Pero eso va a cambiar a consecuencia de la fracasada ofensiva contra Huesca del Ejército Popular Republicano (EPR) en junio del 37.
Ataque a Santa Orosia y rectificaciones del frente en junio del 37
Desde el principio de la guerra Huesca parece una fruta madura a punto de caer. Pero, a pesar de encontrarse comunicada con un único estrecho corredor, resiste todos los intentos de conquista del bando republicano.
Al comenzar el verano del 37, la situación en el Norte es critica, Bilbao esta a punto de caer en manos de los nacionales. La antigua Conserjería de Defensa de la Generalidad de Cataluña ya esta militarizada y se ha convertido en el Ejército del Este. Aunando los deseos de probar la nueva estructura, de ayudar al frente norte y de conquistar la desafiante y pertinaz Huesca, se decide una ofensiva contra Huesca para el 12 de junio. Además, para fijar a las fuerzas enemigas en el sector pirenaico, se realizan movimientos el mismo día 12 y el 13 que resultan en el aislamiento de la guarnición nacional de Yebra de Basa al tomar posiciones desde las que baten la carretera, y la ocupación de Casa Batanero desde dónde se bate por fuego directo el ferrocarril de Ayerbe a Jaca. Pero la ofensiva de Huesca fracasa y los nacionales aprovechan la ocasión, enemigo desgastado y fuerzas de la Brigada Móvil cerca del Pirineo, para mejorar la situación táctica en Sabiñanigo, sobre todo tras el intenso bombardeo artillero del día 27 de junio.
Para salvar la cercada posición de Yebra de Basa se organiza una columna de ataque de dos agrupaciones: la del comandante Cáceres (2 compañías de fusiles y una sección de ametralladoras del I/ Galicia 19, la compañía Voluntarios del Valle de Tena y 50 carabineros, unos 350 soldados en total) y la del comandante Clarós (2 compañías y sección de ametralladoras del I/Galicia y la centuria de falange de Sabiñanigo, otros 350 soldados). Los apoyos de fuegos los da una batería de montaña de 105 mm y la reserva es la Mehal-la de Tetuán (de la Brigada Móvil, reserva del V C.E.). Las bases de partida son Osán y Yebra para Cáceres y Allué para Clarós. Por objetivos tienen San Román la primera, y el alto de las Cucullas de revés la segunda. Los republicas intercambian fuego pero se retiran ante la superioridad enemiga siendo conquistados ambos objetivos el día 16 de junio.
El 18, y con la misma organización (ahora al mando del Coronel Caso, jefe del la I brigada) se ataca Casa Batanero para despejar las comunicaciones paralelas al río Gállego. Clarós atacara de frente la casa y la cota Bailín desde la pardina de Centenero. Cáceres progresa desde Ipiés en paralelo por el este. El ataque comienza a las 02:00 con abundante apoyo de artillería y morteros. Los defensores, unos 100 hombres, aguantan toda la noche y parte del día hasta que su jefe, un teniente, cae herido. Las bajas para los dos bandos son importantes. Se ocupan las alturas del Campo Corona.
Liberación de Yebra y rectificaciones del frente, 16 y 18 de junio del 37
El macizo del Oturia (1921 m) y la mesta de Santa Orosia dominan por completo Sabiñanigo y su comarca. La meseta presenta unos bordes escarpados con muy pocos accesos en sus fortísimas pendientes. Desde enero del 37 es origen de los fuegos que machacan Sabiñanigo y además amenaza la posición de Yebra de Basa por su flanco norte. Era necesario expulsar de allí al enemigo pero las fuerzas del sector eran insuficientes y las reservas eran necesarias en otros sitios. El 28 de junio, casi toda la Brigada Móvil, que estaba en Huesca conteniendo la ofensiva del EPR, rompe el contacto, y, en camiones, al atardecer, se dirige a Jaca para atacar durante la madrugada del 29 el Oturia y Santa Orosia junto a las fuerzas locales de la I Brigada/ 51 división. Buscando el factor sorpresa dos columnas se infiltran a las 00:00 amparados por la noche y la niebla. Las fuerzas enemigas son dos batallones de la 130 Brigada Autónoma: el de la FETE y el Cinco Villas. Una columna desde Senegüe, la del teniente Coronel Gorgojo, y la otra, Teniente Coronel Galera, desde Yebra. Las fuerzas de Galera, tras un duro ascenso ocupan el Monte S. Cristóbal a las 04:45, y el santuario de Santa Orosia a primera hora de la tarde. Las de Gorgojo finalizan el cruce del Gállego a las 03:30 asaltando al amanecer la loma de San Martín y después el alto San Quilez y Casbas de Jaca. Progresa después por la divisoria encontrando fuerte resistencia a 800 m de la cima del Oturia ocupándose esta después de las 12:00 por el Tercio de requetes “Nª Sª del Pilar”. A las 15:00 se retira el enemigo por miedo a ser copado. El día 3 se ocupa la posición del Cuezo. Los contraataques que lanzan los republicanos entre el 4 y el 10 de julio son infructuosos.
Ataque al Monte Oturia (1921 m) el 29 de junio de 1937.
No quisiera dejar en el olvido la particular guerra de guerrillas que se desarrolla aisladamente en las altas montañas que separan el valle del Ara del de Tena. Consisten estos en los combates de encuentro de las patrullas de esquiadores que desde sus respectivas cabecearas, Bujaruelo para los republicanos y Balneario de Panticosa para los nacionales, realizan para vigilar los collados o infiltraciones para ejecutar golpes de mano. Destaca, englobado en el conjunto de operaciones de la 130 B.M. para el día 12, un intento de golpe de mano contra la presa del ibón de Bachimaña fácilmente contenido por los esquiadores nacionales y otro contra el Fuerte de Santa Elena (estratégicamente emplazado en el estrechamiento de entrada al valle de Tena) también rechazado.
El frente permanecerá estable hasta finales de septiembre.
LA BATALLA
La situación y los planes
La situación y los planes
En el plano estratégico no van las cosas bien para la Republica al final del verano del 37. Brunete ha fracasado y la operación concebida posteriormente para ayudar a las acorraladas fuerzas en la cornisa cántabra también. Esta, a pesar de ser conocida como batalla de Belchite, tenia por objetivo la conquista de Zaragoza. Asturias esta a punto de caer y el Ejercito del Este ha gastado energías sin logros importantes. Sin embargo, el Mando del mismo no renuncia a la conquista de Zaragoza. Planea un nuevo al sur del río con gran número de los nuevos carros de combate BT-5 para el 26 de septiembre. Pero antes deben alejar de allí a las potentes reservas nacionales.
Se elige para ello el sector mas extremo, el de Sabiñanigo. Según la inteligencia del Ejercito del Este (General Pozas), dicho sector esta muy débilmente defendido por tres batallones. Destaca, en esta labor de obtención de información para la inteligencia, la Compañía de Servicios Especiales del capitán Anguita, compuesta de andaluces, que con guías de la zona realiza diversas patrullas de reconocimiento por la retaguardia enemiga, llegando incluso hasta Jaca y mas al oeste. Sin duda un atencedente del moderno concepto de fuerzas especiales. Pero las fuerzas nacionales fueron las suficientes para frenar el avance hasta la llegada de las reservas. El factor sorpresa era fundamental y fallo al desertar al enemigo un Guardia Civil el día anterior al ataque que informo de los preparativos ofensivos. Los hermanos Miñana, jefes de estado mayor de la 130 BM y de la 43 Div., pasaban información al enemigo, como luego se vera, y con gran probabilidad avisaron de la operación en marcha.
El plan de ataque esta contenido en la escueta Orden de Operaciones nº 16 del Ejercito del Este de fecha 18 de septiembre de 1937. Incorpora a las fuerzas del sector la 27 División y designa al jefe de esta como mando de la operación. Prevé la constitución de 2 agrupaciones: la Norte con 5 batallones y 1 batería de 105 mm y la Sur, que ejerce el esfuerzo principal, con 10 batallones, 2 baterías de 105 mm y 1 de 155 mm mas la compañía de blindados. Una brigada (4 batallones) permanece en reserva además de 1 batallón de ingenieros. La Agrupación Norte tiene que ocupar Biescas, bloquear con 2 compañías y una sección de ametralladoras a las fuerzas al norte de Biescas, desbordar y bloquear Sabiñanigo con 1 batallón motorizado, y avanzar hacia Castiello de Jaca con 1 batallón por el valle de la Garcipollera, y con el resto hacia Jaca por la carretera nacional a caballo de la canal de Berdún; el batallón agregado de la 72 BM fijaría a las fuerzas nacionales del Oturia. La Agrupación Sur, mucho mas potente romperá el frente entre Campo Corona y el Castillo de Lerés, y cruzando el Gállego debe progresar por el puerto de Navasa hasta Jaca. Dos batallones se desviaran para completar el bloqueo de Sabiñanigo por el SO. y los dos de la 72 BM aislaran y derrotaran a las fuerzas de Yebra por la Sierra de San Pedro. El flanco oeste lo protegerá un batallón ocupando la cota 744 al NE de Latre.
Dado lo quebrado del terreno, las posiciones nacionales se apoyan en las cumbres, y al estar asiladas unas de otras tienen capacidad de defensa en todas las direcciones durante varios días. Tres son los centros de resistencia principales: Biescas-Gavín, Oturia e Ipiés. La margen este del Gállego es muy montañosa y sin comunicaciones, salvo en los extremos: la carretera que comunica Biescas con Broto por el puerto de Cotefablo (el túnel estaba en construcción pero inacabado) y la carretera de montaña que une Boltaña con Lanave por el Serrablo (también en construcción), zona conocida como la Guarguera. El Gállego definía el frente pero dominando los nacionales la cresta militar de la orilla este. Cuando el Gállego gira al oeste, se extienden algunas posiciones nacionales por la Guarguera.
Hacia el sur, las remotas posiciones de Serué, vértice Presín y Bentué de Rasal enlazan con las fuerzas de la II Brigada/ 51 División (C.G. en Ayerbe).
Caso aparte es el terreno de alta montaña desde la frontera hasta el puerto de Cotefablo. Aquí operan pequeñas patrullas de esquiadores que vigilan los collados mediante patrullas y ocupan algunas posiciones aisladas como los ibones (pequeños lagos) de Brazato o Bramatuero. Son unidades de la compañía de esquiadores con base en el Balneario de Panticosa. Aquí puede considerarse el frente a la divisoria entre la cuenca del Ara y el Gállego aunque solo es vigilado y no ocupado.
Las fuerzas
Las fuerzas nacionales que defienden el área son las que corresponden a la I Brigada de la 51 División (General Urrutia con C.G. divisionario en Ayerbe). Su cuartel General radica en Jaca y esta al mando del Coronel Caso. En el caso de la brigada que nos ocupa, la artillería consiste en obsoletas piezas sacadas de los fuertes de Rapitán y Coll de Ladrones, 8 de 90 mm (4 en Biescas y 4 en Sabiñanigo) y 2 de 150 mm (en Orna). Los unidades en línea son:
-VI / Galicia (Oturia y Sabiñanigo)
-V/ Galicia (Ipiés)
-1ª/ X FET Aragón (Bentué)
En Jaca se encuentra el VII/ Galicia en periodo de instrucción y de el se sacaran compañías sueltas como reserva mas inmediata.
Al ser el frente del V C.E. extremadamente extenso, desde la frontera hasta Guadalajara, cuenta con una muy potente reserva organizada en lo que denomina Brigada Móvil (en octubre se convertirá en 53 División). Esta unidad es mucho mas potente de lo que indica su nombre porque encuadra 10 batallones de infantería además de unidades de caballería , artillería e ingenieros. Es una unidad muy fogueada y experimentada y con un alto porcentaje de unidades profesionales y de voluntarios que continuamente acude a aquellos punto calientes en que es necesaria. Las batallones que empeñara en la batalla de Sabiñanigo son:
II (bandera) / Legión
-XV / Legión (antes Bandera Sanjurjo)
-I y III (tabor) / Mehal-la de Tetuán
-C / Ceriñola 6 (cazadores)
-52 de Ametralladoras (realmente un batallón de infantería “normal”)
Como estas fuerzas no serán suficientes se emplearan otras a disposición del Ejército del Centro: la II Brigada (cor. Cayuela) de la 151 División reforzada con dos batallones de la I, un grupo de artillería y otro de ingenieros. Dicha división se había organizado en junio con unidades de Canarias y de Ifni y se disolverá entre la 54 División y la 74 División a principios de noviembre. Los batallones son:
281/ Tenerife 38
-282/ Tenerife 38
-283 bón. de Tiradores de Ifni (>II Tabor /Grupo de Tiradores de Ifni 6)
-286 BTI (>V / GTI 6)
-287 / Gran canaria 39
-288 / Gran canaria 39
-289 BTI (>IV / GTI 6)
-290 / Gran canaria 39
-291/ Gran canaria 39
Finalmente, contenida la ofensiva, llegaran a la zona 5 batallones de la excelente 13 División “La Mano Negra” para encabezar el contraataque:
I / Legión
-IV / Legión
-V / Regulares de Larache 4
-VI / Regulares de Melilla 2
-I / Mérida 35
Como se puede comprobar se implican en la batalla hasta un total de 22 batallones, el equivalente a dos divisiones, la mitad de los cuales pueden ser considerados de elite. A la inicial artillería se le sumaran progresivamente un grupo de 77 mm (12 piezas), uno de 100 mm (8 piezas) y otro reforzado de 105 mm (10 piezas).
Obús italiano de calibre 100/17 mod. 14 con 9.200 m de alcance
Finalizada la batalla todas las fuerzas son relevadas por la 63 División (antes 4ª Brigada Navarra) que se responsabiliza del sector pirenaico tras la reorganización general de noviembre, al quedar libres todos los efectivos de la campaña del norte cuando cae Asturias a finales de octubre.
El EPR pone en liza hasta un total de 7 brigadas mixtas con 27 batallones de infantería. Inicialmente la proporción es favorable al EPR, de 5 a 1 en batallones de infantería y de 4 a 1 en artillería. Los servicios logísticos son proporcionados por el X C.E.
El esfuerzo principal ofensivo corresponde a la 27 División. El origen de esta es la columna de milicianos del PSUC “del Barrio”, llamada División “Carlos Marx” cuando es militarizada por la generalidad de Cataluña, y finalmente en abril de 1937, División 27 al integrarse en la estructura del Ejército Popular Republicano (EPR). Su filiación comunista le otorga el carácter de unidad disciplinada y fiable, como demuestra la participación de elementos de la misma en la represión de los anarquistas en mayo en Barcelona y en la supresión del Consejo de Aragón en agosto. Precisamente por ese motivo fue sacada del frente en julio (desde el inicio desplegó al N. de Zaragoza), y permanecía como reserva en el Bajo Aragón. Sin embargo, estaba por demostrar su resolución en la ofensiva. En la batalla de Belchite formó la pinza norte que debía ocupar Zuera, y desde allí Zaragoza, el primer día de ofensiva; pero ni siquiera conquista Zuera, y el Mayor Trueba, su jefe, es destituido por tal motivo. Le sucede en el mando de la división el Mayor del Barrio. Llega a la zona pirenaica el 18 de septiembre relevando a la 72 BM en el Serrablo y establece el PC en Molino de Villobas. Las unidades que la componen para el ataque a Jaca son:
122 Brigada Mixta (BM): jefe Mayor Usatorre, 4 batallones (el primero es conocido por los nacionales como “la Bruja” por sus misteriosas apariciones en todos los “fregados”).
-123 BM: jefe Mayor Oubiña, 4 batallones
-124 BM: jefe Mayor Semprún, 4 batallones
-2 baterías de 105 mm y 1 de 155 mm
-1 batallón de ingenieros
-1 compañía de blindados
La 43 División, al mando del teniente coronel Escasi, con PC en Boltaña, estaba disminuida porque le faltaba la 102 BM destacada al sur del Ebro y a la 72 BM le faltaba 1 batallón. Esta última brigada tiene su origen en las milicias aragonesas del frente de la Alcarria. Su jefe es el carismático Beltrán “el Esquinazau”. La 130 BM tenia la ventaja de conocer el terreno. Se trata la antigua Columna Alpina y ha pasado toda la guerra en este sector. Sigue al mando de la misma Bueno Ferrer. Las unidades de la división en la batalla son:
130 BM: batallones 517 (recién llegado de la batalla de Belchite dónde ha sufrido un 50% de bajas), 518, 519 y 520 y batería de 105 mm.
-72 BM: batallones 286, 287 y 288
En las ultimas fases de la batalla llegan 2 brigadas que estaban en reserva: la 211 de Carabineros y la 135 de la 31 División. La última era una unidad sin experiencia que se había organizado en Tarragona, y la de Carabineros llegaba, tras un breve descanso, de la batalla de Belchite. Se había formado en Tortosa en agosto con los batallones de Carabineros 3, 5 y 37 al mando del mayor Pérez Quijano.
Embestida inicial, del 22 al 24 de septiembre
Prevista la operación para el 20, se retrasa dos días por problemas organizativos. Tres días dura esta embestida inicia len la que el EPR logra dos cabezas de puente al oeste del Gállego, pero no conquista sus objetivos operacionales: Jaca y Sabiñanigo. Se captura a los nacionales diverso material, entre este, 4 cañones de 90 mm, y mas de 300 prisioneros, y la población de Biescas, dejando semiaisladas a las tropas en el valle de Tena. Eran fundamentales para el éxito la sorpresa y la rapidez, y los dos factores fallan. Falla la sorpresa por la delación de un desertor 24 horas antes del ataque, que da un día de margen para la afluencia de las reservas (ese mismo día se aproximan a Biescas un batallón, el 52, y una batería de 77 mm); y falla la rapidez al resistir durante mas de 24 horas la posición de Biescas y algo mas la de Gavín en la pinza norte mientras en la sur, son las reservas las que improvisan una defensa al sur del puerto de Navasa e impiden el progreso a Jaca. Veamos las operaciones con mas detalle.
La iglesia de Gavín
En la madrugada del día 22 de septiembre, amparados por la noche y la frondosidad del macizo del Artica, al SE de Biescas, los 4 batallones de la 130 BM ocupan su base de partida. En torno a las 02:00 inician la aproximación. El 517 cruza el Gállego al norte de Escuer, captura a la sorprendida batería de 90 mm y se extiende por la sierra llegando hasta Acumuer, al otro lado de la misma. La carretera Biescas-Sabiñanigo esta cerrada y la última fuerza que ha pasado hacia Biescas es la falange (sección) de la 2/ X FET Aragón que deja en la posición del ventorrillo los servicios de la centuria, y refuerza la guarnición de Biescas. Después, el 519 y el 518 se colocan en posición de asalto al sur y al suroeste de Biescas respectivamente. Al 520 le corresponde lo propio contra Gavín. Asaltan al amanecer. Las guarniciones estaban alertadas y resisten. Interviene la artillería y la aviación. Las dos posiciones quedan incomunicadas después de evacuar a la población civil. El 517 progresa por la sierra al oeste del río que corre paralela al mismo hasta el vértice Güe, donde el terreno desciende bruscamente hacia Sabiñanigo. Al amanecer del 22 había llegado a Sabiñanigo el 52 de Ametralladoras con una batería de 77 mm. Dos compañías del 52 parten hacia el subsector de Orna y la 3ª del mismo batallón queda en Sabiñanigo. Por la tarde se lanza un contraataque nacional con algunas de las reservas que se han podido reunir, 2 compañías del VII/ Galicia y la centuria 2/X, relevada por el 52, que reconquistan la importante cima de Güe. Entrando la noche llega el teniente coronel Galera con mas refuerzos, el C/ Ceriñola, la II Bandera y la Mehal-la de Tetuán y el resto del Grupo de 77 mm que queda en Cartirana. El C/ Ceriñola queda en Sabiñanigo. En una lluviosa noche se organiza un ataque al amanecer por la cresta, desde Güe, para romper el cerco de Biescas y Gavín. Son las 2 compañías del Galicia ,la centuria de Sabiñanigo, la Mehal-la y los legionarios, unos 1.000 hombres. El ataque progresa, pero al llegar a Escuer, tienen conocimiento de la caída de Biescas y quedan las fuerzas en defensiva, excepto la II Bandera que se va a Sabiñanigo. La línea se consolida desde el Petro en el río Aurín hasta Cruzota en el Gállego. Aguanta aún Gavín, que es destrozado por la artillería, y finalmente cae al quedarse sin municiones los nueve hombres que resistían en el campanario. Su jefe, el alférez Blasco Vilatela, asesinado por sus captores, es recompensado con la Cruz Laureada de San Fernando. Al día siguiente, 24, atacan los republicanos repetidas veces retrasando la línea hasta pardina de Pardinilla y vértice Güe sin ocuparlo.
Al sur del saliente de Yebra de Basa, los dos batallones del 72 BM no tiene problemas en ocupar el día 22 las Cocullas, Allué y hacerse con el control de la sierra de San Pedro, en cuya ermita capturan a los 25 sorprendidos defensores. No se rebasa el río Basa. La 27 División alcanza las orillas del Gállego y desborda o aísla algunas posiciones nacionales al este del río. Dos centurias llegan de refuerzo, la 3ª/ IV FET Aragón a Lanave y la 3ª/ VI FET Aragón a Hostal de Ipiés. Por la tarde se cruza el río frente a Latrás que es ocupado., al igual que el puente Fanlo. En la madrugada del 23 es rechazado el 52 en Baranguá cuando intentaba enlazar con la posición aislada de Lanave. Este se retira hacia Arto. La XV Bandera se atrinchera en el cementerio de Arto. Todavía resiste Laneve, pero por la tarde se ordena un repliegue general a la línea Arto-Baranguá Viejo a los supervivientes del V/ Galicia y Falange. Dada la situación, el mando nacional ordena evacuar las posiciones de la Guarguera; este movimiento se logra realizar sin problemas amparados por la lluvia. La presión del día 24 obliga a un nuevo repliegue hasta la línea pardina de Camparés – Coronazo – Mirador del Abuelo. Llega desde Huesca por Caldearenas el III/ Galicia que establece en Aquilué una nueva línea mas retrasada al abandonar Serué por haber quedado muy expuesto. La 27 división alcanza la línea pardina Camparés, el Coronazo e Ibort en su explotación del éxito, amenazando Sabiñanigo por el SE pero muy lejos del puerto de Navasa.
Perdida del impulso y cambio de objetivos: del 25 de septiembre al 13 de octubre
El 25 sigue cayendo una insistente lluvia que no ha dado tregua en los tres días precedentes de combates. Los caminos están embarrados y los ríos y barrancos bajan tan crecidos que es preciso el uso de teleféricos para cruzarlos. La ofensiva ha capturado mucho terreno y causado muchas bajas a los nacionales, en torno a 1.000, pero ya no da mas de si, ha perdido impulso. Ese mismo día llegan mas reservas, la brigada II/151 y dos batallones de la I/151 junto con el grupo de dos baterías de 100 mm y un grupo de ingenieros. Con estas fuerzas se reorganizan los nacionales en 2 sectores y una columna de maniobra: sector norte, desde la frontera hasta puente de Sabiñanigo con los restos del Galicia, de las compañías de esquiadores, voluntarios de Tena 2ª/X, los del 52 de Ametralladoras y el grupo de 77 mm; del sur se hace cargo la 151 división y, la Legión, la Mehal-la y Ceriñola, con la artillería de 105 mm forman la columna de maniobra. Mas al sur, el III/19 defenderá la zona de Caldearenas, y en Bentué se irán concentrando los supervivientes de Falange (excepto los de la 2ª/X, centuria de Sabiñanigo, que ira al norte, al valle de Tena). De estos restos de las centurias 1ª/X, 3ª/X y 3ª/VI nacerá en enero la refundida Bandera VI/X de FET de Aragón. El EPR releva a las desgastadas 122 y 123 BM con la 124. También se alerta a la 135 BM de la 31 División para que se dirija a ocupar el frente desde Arguis al vértice Puntapueyo, y liberar así a la 27 de esa responsabilidad.
Los siguientes días, siempre bajo la lluvia, verán ataques frontales carentes de maniobra y con fuertes apoyos artilleros, de un bando y otro, y varias posiciones cambiarán sucesivamente de dueño, pero no se producen avances significativos para ninguno. Las reservas nacionales han acudido con presteza y ahora Jaca se ve inalcanzable. Pero debemos recordar que el objetivo de la ofensiva es el de distraer reservas nacionales, por eso se debe reiterar el esfuerzo. Pero como ya no es posible llegar a Jaca, se cambian los objetivos. El movimiento de las líneas ha dejado al macizo del Oturia y a Yebra de Basa muy adelantados en las líneas republicanas y fáciles de envolver, y además Sabiñanigo esta al alcance de la mano. Ahí tenemos los nuevos objetivos; el primero, de carácter táctico porque mejoraría notablemente las líneas, y el segundo de carácter estratégico como centro industrial de primer orden.
El 30 es el día elegido para el ataque. Los dos batallones de la 72 BM al sur del Basa atacan para enlazar con los Cinco Villa y FETE de la 130 que atacan desde el norte en una doble pinza. Ese día amaina el temporal e intervienen la artillería y la aviación apoyando el ataque. Deben romper el frente en Osán al sur y en Casbas al norte y enlazar avanzando por la planicie al oeste del Oturia. Pero ambas posiciones resisten y pronto acuden las reservas que rechazan el ataque. La madrugada del 1 de octubre es el turno contra Sabiñanigo desde el sur. La 124 BM ataca desde Rapún, rebasa la divisoria y llega muy cerca del puente de Sabiñanigo y Sabiñanigo Alto. Pero la artillería y los contraataques les rechazan hasta su línea de partida ya entrada la noche del 2. La noche siguiente lo intenta la 130 BM desde el norte atacando el Pueyo Mayor siendo igualmente rechazados. El 3 llega la última reserva que le queda al X C.E., la 211 Brigada de Carabineros.
La maniobra para rodear el Oturia y Yebra se repite el 6 de octubre, esta vez con éxito. La 211 por el sur y la 130 por el norte logran enlazar en Latas y dejar aisladas las posiciones del Oturia y Yebra. En la captura de Casbas, donde se rinde la 3ª/ 52 de Ametralladoras, se encuentra una emisora que enlazaba con algún delator del Estado Mayor (E.M) de la 43 División. Después se supo que estos infiltrados eran los hermanos Miñana, jefes de los E.M. de la 130 BM y de la 43 División. No tarda Galera en lanzarse al contraataque con 1.400 hombres (la Meha-la, II Bandera y una compañía de la XV, y el BTI 283) apoyados por las 8 piezas de 100 mm y 4 de 77mm. Partiendo desde Senegüe y desde Sabiñanigo, se alanzan Javierre e Isún recuperando así las comunicaciones con el Oturia el mismo día que se perdieron. El 7 continua el ataque la Mehal-la de Tetuán hacia san Román para restablecer las comunicaciones con Yebra. El 9 se recupera Casbas y se restablecen así las líneas iniciales.
El último esfuerzo ofensivo del X C.E. lo ejecuta la 124 BM al sur, entre el 11 y 12 de octubre, y la 130 BM en vértice Güe el 12. La primera, el mismo día 11, obliga a intervenir a la Columna de Galera al conseguir abrir una brecha por Pierrefunda, al oeste de la carretera a Navasa, y penetrar hasta pardina Fatás. A la llegada de esta se restablece la línea. Al día siguiente atacan infructuosamente desde de lomas de Rapún, Mirador del Abuelo y Coronazo las posiciones defendidas por los batallones 281, 289 y 290. Quien tiene éxito ese día son la 3ª y 4ª compañías del Cinco Villas que expulsan del vértice Güe al C/Ceriñola. Pero en el subsiguiente contraataque del BTI 283, con fuerte apoyo artillero, son diezmadas. En el Cinco Villas surge el rumor de haber sido traicionados por los elementos del E.M. de la 43 al saber lo de la emisora de Casbas. Se amotinan negándose a atacar de nuevo hasta descubrir a los traidores, y la situación termina con el fusilamiento de 9 de sus soldados. Ese día llega otra unidad de la 151 Div., el 282.
Las fuerzas republicanas han perdido la iniciativa en el momento en que llegan a la zona, el 13 de octubre, 5 batallones de elite de la 13 División nacional del coronel Rodrigo, “La Mano Negra”. El EPR pasa a la defensiva en el Pirineo. El coronel Rodrigo lanza sus fuerzas al suroeste de Sabiñanigo el mismo día de su llegada para mejorar las líneas en Pierrefunda, Mirador del Abuelo y ermita de Santa Águeda en Rapún.
Contraataque nacional y estabilización, hasta el 28 de noviembre
Con el enemigo desgastado y gran cantidad de fuerzas de elite en el área, llega la hora del contraataque. El V C.E. da la orden el 17 de octubre, con los ataques del EPR al sur del Ebro contenidos sin problemas. La operación prevista es ambiciosa y pretende recuperar todo el terreno perdido expulsando al enemigo mas allá del Gállego en tres fases. Pero la resistencia es fuerte y la prematura llegada de uno de los inviernos mas fríos de la historia reciente de España, imposibilitan la consecución de los objetivos previstos de la ofensiva.
Solo la primera fase prevista se ejecuta. La Sierra de San Pedro, al SE de Sabiñanigo, es como un puñal en el costado del imponente macizo del Oturia y Yebra de Basa, amenaza directamente a Sabiñanigo, y por si fuera poco, es un excelente observatorio para dirigir el fuego contra Sabiñanigo y las posiciones nacionales. Es preciso expulsar de allí al enemigo para consolidar las posiciones. La defensas son formidables y además gozan de la ocultación que proporciona el bosque. La ermita de San Pedro había alcanzado tal grado de fortificación que contaba con línea triple de alambradas. La defensa esta a cargo de dos batallones de la 72 BM.
El atacante será el coronel Rodrigo con sus 5 “batallones” de la 13 División, manteniendo uno de ellos en reserva. Dos agrupaciones de artillería apoyan desde Sabiñanigo Alto. El ataque planeado es frontal, carente de maniobra, progresando los 4 batallones por ejes de progresión paralelos hasta las cumbres. El río Basa, normalmente un riachuelo, se encuentra tan crecido que unidades de ingenieros apoyaran el cruce del mismo. La línea de partida es toda la crestería al norte del Basa.
Todo el día 21, bajo un fuerte aguacero, la artillería bate toda la loma norte de la sierra casi a ciegas por el tiempo y la cobertura boscosa. Al caer la noche se inicia el cruce del río y muchos hombres son arrastrados por las aguas y resultan ahogados. Las armas automáticas de la 72 BM están muy bien emplazadas y detienen al enemigo en la misma orilla incapaces de avanzar mas allá. A lo largo de la mañana afianzan la cabeza de puente a costa de muchas bajas. Sigue lloviendo intensamente y ahí se para el ataque hasta el día siguiente. Al mediodía del 23 se despejan momentáneamente las nubes y se aprovecha ese claro para que la artillería realice los fuegos de preparación. En seguida la niebla vuelve a ocultar las cimas, pero sigue el fuego durante tres horas y después se atacan las cimas. Acude en ayuda de los defensores un batallón de carabineros, pero no pueden evitar que a ultimas horas de la tarde los legionarios y los regulares ocupen las cimas. Estos cuentan mas de cien cadáveres de republicanos. Por la noche se lanza el consecuente contraataque por parte de los carabineros pero sin resultados.
Los objetivos que se había marcado el ejército el Este sobre el terreno, no se han logrado. Ahora bien, el de distraer fuerzas al enemigo para evitar su uso contra la ofensiva al sur, en Fuetes de Ebro, parece haberse logrado, en vista de la cantidad y calidad de las fuerzas nacionales enviadas al sector de Jaca. Pero solo es apariencia. La movilización y la reducción del frente en el Cantábrico ha aumentado la disponibilidad de reservas del ejército del Norte, y el V C.E. no tiene problemas en mandar fuerzas a los dos sectores amenazados.
Pero la ofensiva se ha saldado con ganancias territoriales y se han conservado en gran parte. Esta es una circunstancia poco frecuente en el EPR. Las ganancias territoriales han conseguido cortar la línea de ferrocarril Jaca –Huesca. También han dejado semiaisladas a las fuerzas del Valle de Tena cuya única vía de comunicaciones es por dos pasos de montaña con reatas de mulas. Y han causado grandes bajas a los nacionales, 2.643 recoge el diario de operaciones de la 51 División. Pero por otro lado, el terreno conquistado carece de importancia operacional y ha sido a costa de grandes bajas. Han destacado como unidades eficaces la 130 BM y la 27 División. Pero esta última ha perdido en la operación su capacidad ofensiva, y no la recupero nunca, como pudo verse en sus actuación en el ataque a Singra del 25 de enero, dentro de la batalla de Teruel.
Queda defendiendo el sector pirenaico por la 43 División, a la que pronto se une la BM que le faltaba, la 102. El frente se mantendrá tranquilo durante todo el invierno, hasta la gran ofensiva nacional de Aragón. Solo abandonara las posiciones al verse rebasada por el sur, por Huesca, y la retirada se hará tan tarde que la división se ve cercada en Bielsa dónde resistirá casi tres meses ganándose el calificativo de “la Heroica”. Los nacionales relevan todas la fuerzas de la batalla con la 63 División del C.E. de Navarra a partir del 28 de noviembre.
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